¨El arte de dirigir consiste en saber cuándo hay que abandonar la batuta para no molestar a la orquesta. ¨
Herbert Von Karajan
El verdadero valor del director general en un negocio no está en la operación del negocio, sino en la construcción del mismo. Construir el negocio representa lo mismo que para un director de orquesta significa dirigir un concierto, y no ejecutar el concierto.
El mayor mal para un director es quedarse atrapado en la operación del negocio.
En lugar de estar inmersos en los detalles operativos del negocio, los directores generales efectivos delegan y empoderan a sus equipos para manejar las tareas diarias. Esto les permite enfocarse en las metas a largo plazo y en la estrategia general de la empresa.
Así como para un director de orquesta sería imposible poder tocar todos los instrumentos al mismo tiempo, para el director general resulta inadecuado tratar de resolver todos los retos de la gestión empresarial al mismo tiempo.
Un buen CEO debe tener una visión clara de lo que quiere lograr, pero no necesariamente debe ser experto en todas las áreas de la empresa. En su lugar, deben contratar y liderar a un equipo diverso de expertos que pueden aportar diferentes perspectivas y habilidades a la empresa.
Siguiendo con el ejemplo musical, construir el negocio es determinar el diseño estratégico del concierto que tocará la empresa en su mercado, establecer el ritmo y la frecuencia de la melodía dentro de su gestión y la integración armónica de los músicos en su organigrama.
Un director de orquesta el mejor ejemplo de lo que debe ser un CEO.
Al igual que el director de orquesta aparece al frente en todos los conciertos, el director general siempre debe dirigir la gestión del negocio. Su operación consiste en asegurarse de que todas las personas de la organización estén trabajando adecuadamente y que los objetivos planeados se alcancen.
La función clave de un director general es establecer la visión y el rumbo de la empresa, definir una estrategia para alcanzarla, integrar a un equipo gerencial con las competencias necesarias para ejecutar la estrategia y fomentar una cultura enfocada al resultado armónico entre los colaboradores.
Seguramente cuando se fundó tu negocio, te encargabas de todas las operaciones, y cuando seguiste creciendo seguramente seguías a cargo de todos los detalles importantes, pero si no logras dar el salto y volverte en un verdadero director general, te convertirás en el “nudo de la organización” porque todo tiene que continuar pasando por tus manos y esto afectará a tu empresa y disminuirá la calidad de tu vida.
Espero que estas ideas puedan ser de tu utilidad.
¡Por tu libertad empresarial!
Alejandro Valdés
Especialista en crecimiento de dueños de negocio