agosto 18, 2025

Simplificar para escalar: El hábito que separa a los CEOs promedio de los extraordinarios

(De contratar superhéroes a construir sistemas simples y ganadores)

Durante años busqué a la persona perfecta para un puesto clave.
Le pagaba $20,000 más bonos —un gran sueldo para una PYME— y por esa vacante pasaron 15 personas.
Todas fallaron. Yo me frustraba pensando: “Si yo lo veo fácil, ¿por qué ellos no pueden?”

Lo que no veía es que estaba intentando que una sola persona fuera estratega, facilitador, consultor y ejecutor, todo en uno.
Era como pedirle a un jugador de fútbol que sea portero, defensa, medio y delantero… en el mismo partido.

El cambio llegó cuando simplifiqué el rol: lo dividí en partes, asigné las tareas más sencillas a perfiles más básicos, y dejé las críticas en manos especializadas.
El impacto fue inmediato: más estabilidad, menos frustración y una rentabilidad más alta.

La lección: un CEO que no simplifica, complica

Muchos CEOs se enorgullecen de manejar “complejidad” como si fuera una medalla.
La verdad es que el mejor CEO no es el que lo complica todo, sino el que lo hace tan simple que cualquiera en el equipo pueda ejecutarlo bien.

Esto aplica no solo a puestos, sino a cualquier aspecto del negocio:

  • Un proceso
  • Un proyecto
  • Un indicador
  • Una estrategia de expansión

La simplificación es un hábito, no un evento único.

El CEO Simplificador

(Descomponer → Clarificar → Asignar → Medir → Optimizar)

1. Descomponer

  • Toma el reto o rol y divídelo en sus componentes más pequeños.
  • Pregúntate: “¿Cuáles son las 3-5 partes que lo componen?”
  • Ejemplo: “Gerente comercial” se divide en: prospección, cierre, seguimiento, generación de reportes, estrategia.

2. Clarificar

  • Para cada componente, define qué significa hacerlo bien y cuál es el resultado esperado.
  • Sin esta claridad, solo trasladas tu caos a otro.

3. Asignar

  • Decide si esa parte requiere un perfil estratégico, técnico o operativo.
  • No pagues perfil estratégico para tareas operativas.

4. Medir

  • Establece métricas claras y simples por componente.
  • Ejemplo: Prospección = X prospectos calificados por semana.

5. Optimizar

  • Revisa cada componente de forma independiente y mejora el que más fricción o costo genere.
  • Esto permite ajustes graduales sin tener que “romper todo” cada vez.

Ejemplos de simplificación aplicada

1. Lanzamiento de un nuevo producto
Antes: un gerente “todólogo” veía desde diseño hasta ventas.
Después: equipo dividido en desarrollo, marketing y ventas, con KPIs claros para cada uno.

2. Expansión de sucursales
Antes: una sola persona llevaba scouting de ubicación, negociación de renta, contratación y capacitación.
Después: checklist dividido en tres fases y responsables diferentes.

3. Control financiero
Antes: un director administrativo hacía finanzas, compras y nómina.
Después: contabilidad externalizada, compras con procedimientos claros y el director enfocado en análisis financiero.

Beneficios de adoptar el hábito de simplificar

  • Contratas más fácil: roles claros atraen perfiles adecuados.
  • Entrenas más rápido: menos curva de aprendizaje.
  • Escalas sin perder control: cada parte se puede replicar o reemplazar fácilmente.
  • Rentabilidad más alta: dejas de pagar de más por talento sobredimensionado para la tarea.

Reflexión final:
El verdadero trabajo del CEO no es resolver cada problema, sino diseñar un negocio tan simple que los problemas se resuelvan solos o con el equipo adecuado.
Si no puedes explicar un rol, un proceso o una estrategia en un párrafo, no lo tienes claro.
Y si tú no lo tienes claro, tu equipo tampoco.

¡Por tu libertad empresarial!

Alejandro Valdés

Especialista en profesionalización de negocios

Alejandro.valdes@innovarte.mx

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