"La diferencia básica entre un hombre ordinario y uno extraordinario es que este asume cualquier hecho como un reto, mientras que el primero como una maldición o una bendición."
Don Juan – (Carlos Castaneda)
EL IMPULSO EMPRENDEDOR
¿Qué fue lo que te motivó a emprender? ¿Puedes recordar el impulso inicial que te llevó a convertirte en un emprendedor y arriesgarte en el mercado? ¿Qué fue aquello que detonó el inicio de tu camino como empresario?
Para la gran mayoría de emprendedores con los que he tenido la fortuna de trabajar, la respuesta se resume en la palabra LIBERTAD. Para algunos pudo ser la búsqueda de generar más ingresos, para otros el poder dedicarse a aquello que les apasiona, y para otros, tener la flexibilidad en su tiempo para alcanzar la calidad de vida que anhelaban.
En mi caso, este impulso nació cuando me vi enfrascado en un trabajo que no me gustaba y en el que realizaba actividades a las cuales no les veía ningún valor. En ese momento de crisis, me visualizaba hacia el futuro y lo que vislumbraba no me atraía en lo absoluto, por lo que me hice las siguientes preguntas: ¿Qué es aquello que realmente me apasiona? Si pudiera dedicarme a una sola cosa en la vida, ¿qué tipo de trabajo me podría mantener fascinado y motivado por el resto de mi vida?
Las respuestas que fueron emergiendo en este proceso me llevaron a cambiar mi dirección vital y a encauzarme hacia lo que hoy estoy haciendo. Hoy me doy cuenta de que, cuando las personas nos vemos infectadas con EL IMPULSO EMPRENDEDOR, ya no hay retorno; la búsqueda de libertad ya no se puede abandonar.
LA RAZÓN DEL FRACASO
Michael Gerber, en su libro El mito del emprendedor (1997), dice que la mayoría de los emprendedores inician su camino guiados por este impulso, con mucho entusiasmo y gran pasión, pero que al paso del tiempo terminan cansados y desmotivados. La razón de esto es que poder sobrevivir en el mercado no es tarea fácil. Las estadísticas demuestran que en México tan solo el 10% de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) logran llegar a los 10 años de vida, mientras que el 75% de los nuevos negocios fracasan antes de los dos años, de acuerdo con cifras difundidas por el Centro para el Desarrollo de la Competitividad Empresarial (CETRO-CRECE).
¿Cuál es la razón principal del fracaso de las empresas pequeñas? ¿Cuál es la causa principal por la que este impulso emprendedor no puede mantenerse con la misma intensidad?
Gerber (1997) menciona al respecto: "El mito del emprendedor es que, si se comprende el trabajo técnico de un negocio, se comprende el negocio completamente, para el cual el trabajo es fundamental." Basados en esta idea, por ejemplo, una persona que sabe hacer pasteles puede creer que con esa habilidad es suficiente para tener éxito con su propia empresa, lo cual es un rotundo error, ya que al paso del tiempo la creciente complejidad del negocio acabará convirtiendo el sueño emprendedor en la pesadilla del autoempleo: ahora el emprendedor no tiene un jefe directo, pero termina dominado y absorbido por las necesidades del negocio.
LA SOLUCIÓN
El gran error que los emprendedores cometen al entrar al negocio es no darse cuenta de que ser dueño de tu propio negocio requiere que logremos expandirnos en tres diferentes personalidades:
1.- El ARTISTA / EL TÉCNICO
El 70% de los emprendedores inicia su negocio con esta faceta. Son las personas que conocen un negocio técnicamente y que disfrutan de la actividad en sí misma. Algunas de las principales características de esta personalidad son:
- Es un hacedor; su lema es: "Si quieres que se haga, hazlo tú."
- Se siente feliz trabajando en lo que sabe hacer.
- Vive constantemente en el presente ejecutando su trabajo.
- Es individualista.
2.- El GERENTE / DIRECTOR
Es la parte pragmática, lógica y racional que permite darle estructura a un negocio. Pocos emprendedores desarrollan esta faceta, y esa es una de las razones de su fracaso. Algunas de sus características son:
- Es un planeador que busca hacer que las cosas funcionen.
- Vive en el pasado, aprendiendo de los errores para aplicarlos en el presente.
- Busca el orden y la sistematización del trabajo.
- Ante los hechos, ve principalmente los problemas.
- Toma decisiones de manera racional y basada en hechos.
- Sabe supervisar a los demás para que se hagan las cosas correctamente.
3.- El EMPRENDEDOR
Es la parte visionaria, imaginativa y soñadora. Es la faceta que crea el futuro de la empresa y que le permite crecer. Muchos emprendedores olvidan este rol y se enfocan solo en sus actividades cotidianas. Algunas características de este rol son:
- Vive en el futuro, creando posibilidades.
- Ante los hechos, ve siempre oportunidades.
- Es innovador, estratega y creador de nuevos métodos para conquistar nuevos y mejores mercados.
- Lucha por hacer realidad sus sueños.
El problema con estas personalidades es que todas luchan entre sí dentro del emprendedor o la empresa, porque cada una de ellas quiere cosas distintas. Así que normalmente una domina más que otra, haciendo que se pierda la armonía en el negocio y este deje de funcionar y de crecer.
La solución, por lo tanto, es lograr que las tres personalidades dentro de la empresa trabajen en armonía y que cada parte cumpla su función de manera efectiva. Por ello, es importante desarrollar las tres facetas en uno mismo en caso de no tener empleados, o contratar a las personas que puedan jugar esos roles dentro de tu empresa en caso de contar con un equipo, logrando así el balance y el buen funcionamiento de la empresa.
Así que las últimas preguntas para ti después de conocer esto:
¿Qué rol juegas principalmente en tu negocio?
¿Qué podrías empezar a hacer para balancear más estas tres personalidades dentro de tu empresa?
Si quieres que te ayudemos a crecer en tu negocio y en tu vida, contáctanos y te explicamos cómo puedes multiplicar tu libertad mientras expandes tu negocio.
Vive intensamente.
Alejandro Valdés
alejandro.valdes@wpbrclientes.com