"El que comparte el barco debe remar, no solo disfrutar del viaje."
Tomar la decisión de hacer socio a un colaborador operativo es una de las más importantes que puede enfrentar un dueño de negocio. Muchos empresarios sienten que, por compromiso o lealtad, deben ofrecer una participación en la empresa a alguien que ha trabajado bien. Sin embargo, esto puede convertirse en un error costoso. Si puedes contratar a alguien para un trabajo, no necesitas hacerlo socio.
En este artículo, analizaremos las claves para tomar la mejor decisión y las alternativas que pueden beneficiar a tu negocio sin comprometer el control ni la estrategia a largo plazo.
El rol de un socio vs. el de un empleado
Antes de decidir, es fundamental entender la diferencia:
- Un socio es alguien que asume riesgos, toma decisiones estratégicas y está comprometido con el crecimiento del negocio a largo plazo.
- Un empleado cumple con tareas específicas a cambio de un salario, sin la responsabilidad de tomar decisiones clave ni asumir riesgos financieros.
Si la función de la persona es puramente operativa, lo mejor es contratarla y ofrecerle un sueldo competitivo en lugar de ceder participación en la empresa.
Los peligros de hacer socio a la persona incorrecta
Hacer socio a alguien solo por lealtad o por su desempeño operativo puede generar problemas como:
- Dificultad para deshacer la sociedad: No es tan sencillo como despedir a un empleado.
- Pérdida de control: Ceder participación implica compartir decisiones clave.
- Cambio de mentalidad: No todos los buenos empleados quieren o pueden ser empresarios.
- Falta de alineación a largo plazo: Un colaborador puede cambiar de intereses o buscar otros caminos, dejando un vacío en la sociedad.
El caso de Bimbo y la participación de los empleados
En los años 80, Grupo Bimbo intentó un esquema en el que convirtió a miles de sus empleados en socios mediante un programa de participación accionaria. La idea era fomentar la lealtad y el compromiso de los trabajadores, permitiéndoles ser dueños de una parte de la empresa.
Sin embargo, el modelo no funcionó como esperaban:
- Los empleados no tenían mentalidad empresarial, por lo que muchos vendieron rápidamente sus acciones sin un interés real en el crecimiento a largo plazo.
- Se generaron conflictos internos, ya que algunos trabajadores pensaban que, al ser “socios”, debían tener voz en decisiones estratégicas, lo que no era viable.
- Se complicó la administración, pues manejar a miles de pequeños accionistas sin una visión clara de inversión se volvió un problema.
Finalmente, Bimbo tuvo que deshacer el programa y recomprar muchas de esas acciones, volviendo a un esquema más tradicional donde los empleados recibían beneficios e incentivos, pero sin participación en el capital.
¿Cuándo sí considerar hacer a alguien socio de tu empresa?
Hacer socio a un colaborador solo tiene sentido en situaciones muy específicas, como:
- Aporta un conocimiento clave o una ventaja competitiva que la empresa no podría conseguir de otra manera.
- Tiene una mentalidad emprendedora y capacidad de liderazgo, contribuyendo a la estrategia del negocio.
- Está dispuesto a asumir riesgos financieros, ya sea invirtiendo capital o renunciando a una compensación inmediata a cambio de participación en la empresa.
- Su ausencia podría frenar el crecimiento del negocio de manera significativa.
Antes de tomar esta decisión, es crucial evaluar dos aspectos clave:
- Compromiso y valores: Analiza si el colaborador comparte la visión, misión y valores de la empresa. Su alineación con la cultura organizacional es fundamental para una sociedad exitosa. Un socio debe estar completamente comprometido con el futuro del negocio y no solo con su propio beneficio.
- Desempeño y habilidades: Evalúa su desempeño, habilidades técnicas y capacidad de liderazgo. Un socio debe aportar valor añadido y tener la capacidad de influir positivamente en el equipo. Si la persona no demuestra habilidades de liderazgo o pensamiento estratégico, es posible que funcione mejor como empleado clave y no como socio.
Si el colaborador no cumple con estos criterios, es mejor optar por un esquema de incentivos en lugar de una sociedad.
Alternativas a la sociedad
Si deseas motivar y retener a un colaborador clave sin ceder participación, considera estas opciones:
- Bonos por resultados: Un esquema de incentivos basado en el desempeño.
- Participación en beneficios: Una forma de recompensar sin ceder acciones.
- Planes de crecimiento interno: Ofrecer un camino claro de ascenso y desarrollo.
Conclusión
Ser generoso con los colaboradores es positivo, pero hacerlos socios sin una razón estratégica puede traer problemas a largo plazo. Si puedes contratar a alguien para hacer un trabajo, no lo hagas socio. Reserva la sociedad para quienes comparten la visión, están dispuestos a asumir riesgos y aportan valor estratégico al negocio.
Antes de tomar la decisión, pregúntate: ¿Estoy haciendo esto por estrategia o por emoción? La respuesta definirá el futuro de tu empresa.
Por tu libertad empresarial,
Alejandro Valdés