marzo 24, 2025

¿Deberías convertir a un colaborador operativo en socio?

"El que comparte el barco debe remar, no solo disfrutar del viaje."

Tomar la decisión de hacer socio a un colaborador operativo es una de las más importantes que puede enfrentar un dueño de negocio. Muchos empresarios sienten que, por compromiso o lealtad, deben ofrecer una participación en la empresa a alguien que ha trabajado bien. Sin embargo, esto puede convertirse en un error costoso. Si puedes contratar a alguien para un trabajo, no necesitas hacerlo socio.

En este artículo, analizaremos las claves para tomar la mejor decisión y las alternativas que pueden beneficiar a tu negocio sin comprometer el control ni la estrategia a largo plazo.

El rol de un socio vs. el de un empleado

Antes de decidir, es fundamental entender la diferencia:

  • Un socio es alguien que asume riesgos, toma decisiones estratégicas y está comprometido con el crecimiento del negocio a largo plazo.
  • Un empleado cumple con tareas específicas a cambio de un salario, sin la responsabilidad de tomar decisiones clave ni asumir riesgos financieros.

Si la función de la persona es puramente operativa, lo mejor es contratarla y ofrecerle un sueldo competitivo en lugar de ceder participación en la empresa.

Los peligros de hacer socio a la persona incorrecta

Hacer socio a alguien solo por lealtad o por su desempeño operativo puede generar problemas como:

  • Dificultad para deshacer la sociedad: No es tan sencillo como despedir a un empleado.
  • Pérdida de control: Ceder participación implica compartir decisiones clave.
  • Cambio de mentalidad: No todos los buenos empleados quieren o pueden ser empresarios.
  • Falta de alineación a largo plazo: Un colaborador puede cambiar de intereses o buscar otros caminos, dejando un vacío en la sociedad.

El caso de Bimbo y la participación de los empleados

En los años 80, Grupo Bimbo intentó un esquema en el que convirtió a miles de sus empleados en socios mediante un programa de participación accionaria. La idea era fomentar la lealtad y el compromiso de los trabajadores, permitiéndoles ser dueños de una parte de la empresa.

Sin embargo, el modelo no funcionó como esperaban:

  • Los empleados no tenían mentalidad empresarial, por lo que muchos vendieron rápidamente sus acciones sin un interés real en el crecimiento a largo plazo.
  • Se generaron conflictos internos, ya que algunos trabajadores pensaban que, al ser “socios”, debían tener voz en decisiones estratégicas, lo que no era viable.
  • Se complicó la administración, pues manejar a miles de pequeños accionistas sin una visión clara de inversión se volvió un problema.

Finalmente, Bimbo tuvo que deshacer el programa y recomprar muchas de esas acciones, volviendo a un esquema más tradicional donde los empleados recibían beneficios e incentivos, pero sin participación en el capital.

¿Cuándo sí considerar hacer a alguien socio de tu empresa?

Hacer socio a un colaborador solo tiene sentido en situaciones muy específicas, como:

  • Aporta un conocimiento clave o una ventaja competitiva que la empresa no podría conseguir de otra manera.
  • Tiene una mentalidad emprendedora y capacidad de liderazgo, contribuyendo a la estrategia del negocio.
  • Está dispuesto a asumir riesgos financieros, ya sea invirtiendo capital o renunciando a una compensación inmediata a cambio de participación en la empresa.
  • Su ausencia podría frenar el crecimiento del negocio de manera significativa.

Antes de tomar esta decisión, es crucial evaluar dos aspectos clave:

  • Compromiso y valores: Analiza si el colaborador comparte la visión, misión y valores de la empresa. Su alineación con la cultura organizacional es fundamental para una sociedad exitosa. Un socio debe estar completamente comprometido con el futuro del negocio y no solo con su propio beneficio.
  • Desempeño y habilidades: Evalúa su desempeño, habilidades técnicas y capacidad de liderazgo. Un socio debe aportar valor añadido y tener la capacidad de influir positivamente en el equipo. Si la persona no demuestra habilidades de liderazgo o pensamiento estratégico, es posible que funcione mejor como empleado clave y no como socio.

Si el colaborador no cumple con estos criterios, es mejor optar por un esquema de incentivos en lugar de una sociedad.

Alternativas a la sociedad

Si deseas motivar y retener a un colaborador clave sin ceder participación, considera estas opciones:

  • Bonos por resultados: Un esquema de incentivos basado en el desempeño.
  • Participación en beneficios: Una forma de recompensar sin ceder acciones.
  • Planes de crecimiento interno: Ofrecer un camino claro de ascenso y desarrollo.

Conclusión

Ser generoso con los colaboradores es positivo, pero hacerlos socios sin una razón estratégica puede traer problemas a largo plazo. Si puedes contratar a alguien para hacer un trabajo, no lo hagas socio. Reserva la sociedad para quienes comparten la visión, están dispuestos a asumir riesgos y aportan valor estratégico al negocio.

Antes de tomar la decisión, pregúntate: ¿Estoy haciendo esto por estrategia o por emoción? La respuesta definirá el futuro de tu empresa.

Por tu libertad empresarial,
Alejandro Valdés

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