“Si un hombre no sabe a qué puerto navega, ningún viento es favorable” - Lucio Anneo Séneca
“Ahora sí voy a hacer ejercicio… Comeré sano… Voy a ahorrar dinero… Mejoraré la relación con mi pareja… Por fin encontraré el trabajo que siempre he soñado…” Esas son algunas de las frases más comunes que escucho al iniciar el año nuevo, sin embrago las estadísticas son aplastantes y muestran que cerca del 15 de Enero el 95% de las personas habrán abandonado y desistido de sus propósitos de año nuevo. La pregunta obligada es: ¿Por qué?
Te comparto las razones principales por las cuales las personas no persisten y no alcanzan sus resoluciones del nuevo año.
1.- Falta de claridad en los objetivos.
Un objetivo debe de estar bien formulado y debe de ser específico y medible. Si dices “quiero ganar más dinero", con que ganes 1 peso más ya lo habrás alcanzado. La siguiente formula te ayudará:
S – Específico - Por ejemplo: “Ganar 30% más dinero este año”
M – Medible – Por ejemplo: “Bajar 5 kilos este año”
A – Alcanzable – El objetivo debe de estar en tu zona de poder, si tu objetivo es que se logré la paz mundial, obviamente no está del todo en tus manos.
R – Relevante – El objetivo debe de ser importante para ti, si estás tratando de alcanzar un objetivo que no te motiva, no lo lograrás.
T – Tiempo – Debe de tener una fecha límite para alcanzarlo. Por ejemplo “Alcanzaré mi objetivo el día 15 de Diciembre del 2016”.
2.- Los objetivos no son lo suficientemente motivantes para ti.
La motivación viene de tener motivos lo suficientemente poderosos para ir por tus metas, recuerda que aquel que no ve el beneficio de la acción, no realiza el esfuerzo. Cuando las acciones tienen sentido para nosotros, el esfuerzo se convierte en entusiasmo.
Escribe al menos 10 razones por las cuales quieres alcanzar cada uno de tus objetivos.
3.- No tienes la fuerza de voluntad lo suficientemente desarrollada.
El extraordinario físico Albert Einstein dijo: “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”. La voluntad humana es una fuerza sujeta a desarrollo que literalmente puede cambiar el rumbo de nuestras vidas. La voluntad es el deseo y la intención puesta en marcha a través de la acción. Cada vez que tú haces algo intencionalmente estás manifestando tu voluntad, pero ésta tiene grados, puede ser muy pequeña o muy grande dependiendo de la intensidad del deseo, por eso a mayor deseo, mayor fuerza de voluntad. Como decía el filósofo alemán Federico Nietzsche: “Quien tenga un por qué lo suficientemente grande puede soportar casi cualquier cómo”.
La mejor manera para incrementar tu deseo es utilizando el poder de la visualización. Visualiza tus objetivos diariamente al menos por 2 minutos como si ya los hubieras alcanzado.
Recuerda que tu mente subconsciente no sabe reconocer entre lo que imaginas y lo que realmente sucede en la realidad por lo que es una gran manera de programarla.
4.- Tendencia a seguir con los mismos hábitos
Los seres humanos somos criaturas de hábitos, el 95% de lo que hacemos en el día a día está basando en hábitos y rutinas aprendidas, lo cual no está del todo mal ya que si para todo necesitáramos estar conscientes sería un caos. El automatismo nos sirve para poder poner nuestra mente en otros aspectos, sin embargo tendemos a seguir con los mismos hábitos día tras día y eso nos impide cambiar. Recuerda que los hábitos negativos son muy fáciles de formar, pero es muy difícil vivir con ellos y los hábitos positivos son difíciles de formar, pero es muy fácil vivir con ellos. Plantéate el reto de hacer nuevos hábitos que vayan de acuerdo con tus metas.
Persevera durante 21 días en tu nuevo comportamiento y después se hará un hábito.
5.- Falta de enfoque
Vivimos en un mundo donde somos bombardeados de estímulos sensoriales durante todo el día y eso hace que tengamos una mente muy dispersa. El promedio de atención que puede poner una persona común sobre un tema es de 4 segundos antes de que su mente ya sea presa de otros pensamientos y se distraiga del objeto de atención, esto hace que nos perdamos en la búsqueda de los objetivos.
Escribe todos los días las acciones que vas a tomar a lo largo del día y revisa en la noche qué fue lo que lograste. Esto te mantendrá enfocado y con un alto rendimiento.
Recuerda que el éxito se funda en las metas, todo lo demás son palabras. Nuestra habilidad para fijar metas es la llave maestra para mejorar nuestra vida, es la manera a través de la cual podemos dirigir el rumbo del cambio en nuestras vidas, ya que todo cambia y se transforma constantemente.
“Establecer metas es el primer paso para transformar lo invisible en visible” Anthony Robbins
Atentamente Alejandro Valdés